Diario de un cronopio salvaje

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DIARIO DE UN CRONOPIO SALVAJE

Por Santiago Andrés Gómez Sánchez*

Marzo 9

He pensado en que es posible que nuevos horizontes profesionales se abran por haber venido a Cartagena este año. ¿Será esto cierto? O sea, ¿sí es posible esto o simple elucubración mía? Si es cierto, ¿depende de mí? Y si depende de mí, ¿en qué medida debo intervenir? La realidad es que casi todo mi presente debe ser ocupado por el Doctorado. Así que ni modo: mejor no pensar en ello. Al mismo tiempo, toda posibilidad de un trabajo estable (y mientras más cómodo para mí mejor) es tentadora. Y de hecho, tanto mi historia como cierta inquietud persistente en el mundo del cine, al menos como para dejar huella o memoria con lo ya hecho, y preservarlo, motivan ligeros cambios, apenas si vibraciones, que pueden redundar en algo más grande, por humilde que sea. Pienso que no está mal abrirse a lo que resulte. Pero por un lado tengo unos criterios muy personales, que yo sé son difíciles para toda institución. Estar en contra de la industria es jodido, pero estar en contra de la industria y al mismo tiempo del formalismo de los estudios del cine es algo casi imposible. Así que, sea lo que sea, pero siempre con un pie en lo seguro. Y lo seguro es lo que voy construyendo con el Doctorado. Por otra parte, lo que me gusta es el silencio, la calma, la quietud. Oír música, ver el cine que se me dé la regalada gana, ojalá viejo, leer, leer mucho, y escribir. Eso es.

Relájate, Santi. No es mentira que has hecho bien las cosas.

A veces, ser humilde, tratar de ser humilde. A veces, orgulloso, con toda razón.

Marzo 15

Dulcemente conmovido. Qué linda es mi vida, señor. Qué linda es la vida. Puedo respirar, puedo habitar el holgado silencio de mi hogar.

Marzo 19

Estoy descansando. Le estoy dando un cierre a la primera cuarta parte del año con cuidado, porque se viene un mes de transición delicadísimo, abril, y luego el crucial mes de mayo. En estos dos meses debo adelantar en el Doctorado con una dedicación total que refrende las cosas que se han alcanzado en este primer cuarto del año. Se logró terminar el primer capítulo de la tesis e identificamos en él las líneas de sentido por reforzar (origen del término contrapunto en la obra lezamiana, Lezama como figura intelectual). Tenemos muy bien definido el camino por seguir. En estos meses me concentraré en los románticos para demostrar el origen de una escritura sagrada moderna en ellos. A eso se reduce todo. Pero claro, no estaría de más poder descubrir, Dios mío, qué definición técnica hay en algún lugar de lo que es escritura sagrada. Tal vez sea de utilidad el rastreo que hice previamente, hace un año y medio o dos años, en bases de datos, y hacer uno nuevo. También leer Moisés y la religión monoteísta, de Freud, pueda ser de utilidad. Por supuesto hay que releer las notas sobre Kant, y quizás el primer capítulo de su libro sobre la religión. Y no estaría de más, estaría de perlas, releer Teoría de la religión, de Bataille. Hoy entrevisto a Víctor. Mañana hablo con María Inés de mi novela. De ahí en adelante, debo dedicarme casi exclusivamente a la tesis, y los domingos a la novela. Aunque incluso, a veces pienso que los domingos son, en verdad, el día de descanso, en el que la novela hace las veces de mantra, de disipador. Entre tanto, «Antioquia über alles». En Medellín disfrutamos de la dictadura a nuestra especial manera. El cerebro internacional, mi terrible amigo, ha logrado que la población crea que la opacidad del aire es debida a un invierno provocado artificialmente. La gente sigue muriendo de a seis y siete personas diariamente por causa de esta contaminación atmosférica, y así seguirá sucediendo, o en mayor medida, porque muy pocos se levantan contra las muy débiles y apenas protocolarias políticas gubernamentales, y los medios masivos de comunicación, en su tradicional asonada, desvían la atención hacia los temas que más les convengan a sus intereses miopes. Esto también nacionalmente en cuanto a la Minga y a los obstáculos que el uribismo por medio de Duque quiere imponer a la JEP [1]. Asomedios es el enemigo, por supuesto, el enemigo de todos, de sus propios representantes, de los que se hacen llamar colombianos y de los demás que, como ellos, sufrimos por la mentira de las naciones, la razón y el progreso.

4: 47 pm. De nuevo, dejar que las cosas sigan su rumbo. Hablo de la corrección de Diálogo de raíces y de lo que yo pueda saber de la evaluación a *** en la Editorial ***, pero también de lo que pueda ser la escritura futura de Laureles, o de la lujuria, o como también la llamo, El agua de mi casa sabe a sangre, o como quiere Camilo, El silencio nos mantenía despiertos. Mañana hablaré con una amiga que ha influido en esa novela sobre su lectura de lo que llevo de la misma. Sus comentarios me han dado ánimo. Creo que la novela va cuajando. Tómatela suave.

A veces lo mejor es que te olviden. Al menos algunos, al menos la mayoría. De hecho, uno, o yo, no soy fácilmente olvidable del todo. Creo que aunque me olviden, a veces me recordarán, para lo que soy bueno.

Resignación en redes. Veo que hay más de uno que escribe enviándome mensajes indirectos. Y esto que a veces me parece un hecho y a veces sé que es sugestión, esto que a veces es comentario inteligente, a veces invento de mi imaginación, a veces casualidad indiscernible, supone un amor a distancia, al menos mío, y creo que también del otro, aunque sea imposible definir en qué medida. Poco orgullo, ante el infantilismo propio y ajeno, y mucho de admiración por la experiencia compartida del presente, el pasado y el futuro, y total indiferencia frente a lo que no es sino silencio de la realidad, pasmo de la muerte que no es nada ante la vida que no es todo. Aquella sapa encantadora, ese deshecho humano a quien amé y hoy aborrezco, aquel moco famoso que se las cree saber todas y jura que no, debe ser que nos queremos, que nos adoramos. Francamente, qué pereza, pero así es la vida, esta vida.

* * *

La presente columna, Diario de un cronopio salvaje, son tajadas de vida, como llamaba el gran cineasta Louis Feuillade al cine, son estas páginas extraídas del diario de un crítico solitario, narrador alucinado, estudiante eterno de literatura, cine y música.

NOTA

[1] Jurisdicción Especial para la Paz. N. del e.

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* Santiago Andrés Gómez Sánchez (Medellín, 1973) es periodista de la Universidad del Valle, magíster en literatura de la Universidad de Antioquia. Ha publicado los volúmenes Madera Salvaje (novela, Ediciones B, 2009), El cine en busca de sentido (crítica, Universidad de Antioquia, 2010), Los deberes (cuentos, Universidad de Antioquia, 2012), Todas las huellas. Tres novelas breves (novela, Universidad de Antioquia, 2013), La caminata (cuento, EAFIT, 2015), El cuarto asesino (novela, Universidad de Antioquia, 2016), Certeza de lo imborrable. El cine en busca de sentido, vol. 2 (crítica, Universidad de Antioquia, 2017), La Musa asesinada. ‘Conversación en la Catedral’, de Vargas Llosa: novela marxista (crítica, Universidad de Antioquia, 2018) y Régimen de criterios. Cines y cineastas colombianos (crítica, Editorial Deliberar, 2019). Próximamente publicará Diálogo de raíces (cuentos) con EAFIT. Entre 1992 y 2011 fue crítico de la revista Kinetoscopio y del diario El Colombiano, de Medellín. En 1994 fundó la Corporación Cultural de Video Independiente Madera Salvaje, con la cual ha realizado 28 obras audiovisuales de corto y largometraje en los géneros de documental, ficción y experimental. En 1996 recibió el Premio Nacional de Video Documental por Diario de viaje, considerada una obra pionera en el cine de ensayo en Colombia. En 2014 fue merecedor de una beca a la creación del Municipio de Medellín para la escritura de su libro La caminata. Ha sido profesor de historia del cine, apreciación cinematográfica, lenguaje audiovisual y teoría del cine en EAFIT, la Universidad de Antioquia y el Politécnico Jaime Isaza Cadavid. También ha sido jurado en las convocatorias del Ministerio de Cultura, el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, IBERMEDIA y la selección de la película colombiana para los premios Oscar, Goya y Ariel. Actualmente es candidato al Doctorado en Literatura de la Universidad de Antioquia. Como músico, grabó el disco Savia con el grupo Los Dados y persiste en ser rockero de tiempo completo.

 

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