MIEDO Y FUTURO: ARMAS EMOCIONALES EN LA PERSUASIÓN POLÍTICA ESTADOUNIDENSE
Por Antonio Reyes*
Traducción de Catalina Gotusso**
El proceso de legitimación, justificación de un determinado comportamiento o acción, forma parte de nuestras vidas, está presente en muchos contextos comunicativos y se puede manifestar de distintas formas. Partiendo de la base de que un actor social justifica su comportamiento o propone una propuesta como la forma pertinente de proceder, existe a menudo la implicación de que el no aceptar esa propuesta puede conllevar a consecuencias perjudiciales o incluso desastrosas para los receptores. En nuestra vida diaria oímos, por ejemplo, legitimaciones en conversaciones cotidianas. Es el caso, sin ir más lejos, de padres que quieren que sus hijos se comporten de una determinada manera. Normalmente hay una condición que, de no ser cumplida, resultará en algo no deseado o incluso doloroso para el niño: “Si no te vas a la cama ahora, Santa no te traerá regalos” o “Si no te portas bien, el hombre del saco vendrá y te llevará”. En los Estados Unidos esta coerción para que el niño actúe de la forma que deseamos, se lleva a cabo a veces a través de la imagen del “boogey man”. Estas imágenes reactivan emociones de terror en el niño, que sigue las instrucciones de los padres por miedo.