Edición 46 – Revista Cronopio

Edición 46 Revista Cronopio

La escritura como viaje

LA ESCRITURA COMO VIAJE, EN UN CUARTO LLENO DE ANGUILAS

Por Diamela Eltit*

Recuerdo de manera muy especial la capacidad narrativa de Rubén Sánchez Féliz para textualizar la infancia, mientras cursaba su Maestría en Escritura Creativa. Sus textos construían estéticamente la niñez desde una mirada siempre poética que imprimía una suerte de esperanza encarnada en esos cuerpos niños que contenían un momento único y preciso de irrepetible belleza. Porque es la poética la que organiza los mundos narrativos de la obra de este autor que, una y otra vez, vuelve a explorar la fragilidad en que se cursa el mundo cotidiano, mientras sus sujetos cruzan las mismas avenidas o caminan traspasados por una forma sofisticada y única de insalvable soledad.

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Bailarina de tropicana

LA BAILARINA DE TROPICANA

Por Umberto Valverde*

«Me voy pa La Habana
Llegué a La Habana
Estoy en La Habana».

Cuando anunciaron que estábamos sobrevolando La Habana, a minutos de aterrizar, me sorprendí porque veíamos una ciudad a oscuras, como si fuera un pueblo, mi corazón latía de emoción, quería ver la luna en el malecón, con el asombro de la primera vez y no con la nostalgia que cantaba Celia Cruz, extraño el sol liviano de tus tardes, las palmas y las playas, y la distancia de un exilio que sería para siempre. A Jaime, como invitado especial, le habían asignado un carro negro, al cual había que ponerle la gasolina. Acompañado de Jorge me esperaba a la salida de emigración. Ya era casi medianoche. Sentí la brisa y la sensualidad de las ciudades que tienen mar.

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Guitarras en la noche

GUITARRAS EN LA NOCHE

Por: J.J.Junieles*

Los trajes oscuros les quedaban pequeños, y con esos corbatines en el cuello los dos parecían muñecos escapados de algún pastel de matrimonio. De pie en esa esquina, con las guitarras colgadas del cuerpo, también daban esa impresión de abandono que dan los perros de la calle, tan flacos y solos que despiertan compasión, tan ajenos, tan impredecibles, que era mejor mirar hacia otro lado.

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Nezahulcoyotl

NEZAHUALCÓYOTL

Por Xánath Caraza*

En el momento que lo vio supo que su mundo cambiaría para siempre. Venus estaba sentada en un café cerca del cementerio romano mientras leía poesía. El cielo del atardecer tenía tonos rosados en un fondo azul turquesa. Lo distinguió por su peculiar atuendo y exquisita joyería. Lo siguió con la mirada, parecía como extraviado. Era muy atractivo, de ojos vivaces e inteligentes, de piel morena. Un verso apareció en la mente de Venus. Se sonrió. Evocó su poesía con la certeza de que era él. Intuitivamente lo sabía pero la razón le decía otra cosa. Lo siguió con la vista. Observó cada uno de sus movimientos, cada paso que daba. El corazón se le aceleró por un segundo y se levantó de un brinco, no podía dejarlo ir. Dejó en la mesa unas monedas y fue directo hacia él. Él la vio acercarse con determinación. Esperó a que estuviera a unos pasos de él, se miraron de frente, como reconociéndose, una corriente marina llena de poesía entró en los pensamientos de Venus, la hizo temblar de emoción, fue un instante eterno. Él sólo le dijo que la esperaba. Un largo abrazo, confortante, selló el encuentro.

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Cuarto de los huesos

EL CUARTO DE LOS HUESOS ESTÁ SOBREPOBLADO

Por Daniel Valencia Caravantes *
Fotografía: Fred Ramos

¿Dónde están los desaparecidos? En el último año y medio, el Equipo de Antropología Forense del Instituto de Medicina Legal de El Salvador estudió 120 osamentas vomitadas por la tierra, y en 16 años ha recogido millares de huesos que ya no caben en un pequeño cuarto que vomita historias de masacres de la guerra, de las pandillas, de migrantes. El cuarto se vacía a cuentagotas porque no hay recursos ni interés de los fiscales o de los policías. Por eso 500 reaparecidos sueñan reencontrarse, algún día, con sus familiares errantes.

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Delirio de la razon

DE LOS AÑOS DEL DELIRIO A LA EDAD DE LA RAZÓN: ANOTACIONES A «TODO LO QUE ERA SÓLIDO», DE ANTONIO MUÑOZ MOLINA

Por Manuel Sollo Fernández*

Desde su publicación en febrero de 2013 el ensayo «Todo lo que era sólido», del escritor Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 1956), ocupa los primeros puestos en las listas de libros más vendidos que difunden los suplementos culturales. El autor desmenuza los motivos que nos han hundido en una crisis económica que también es moral, realiza una profunda crítica del devenir político-social desde la Transición de la dictadura franquista a la democracia, y propone medidas regeneracionistas y «una serena rebelión cívica», como la que alentó el 15-M en mayo de 2011, para superar una falla que amenaza con destruir el precario Estado del Bienestar tan trabajosamente conseguido en las últimas décadas.

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Francisco Urondo

FRANCISCO URONDO: POESÍA Y MUERTE

Por Hernán Fontanet*

Unos pocos meses después del último golpe militar en Argentina, el 24 de marzo de 1976 —que depone al débil gobierno de «Isabel» Perón e instaurara siete años de terrorismo de Estado a través del de facto Proceso de Reorganización Nacional, bajo la conducción de los ex militares [1] Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti—, un muy querido intelectual e inexperto guerrillero llamado Francisco «Paco» Urondo es enviado a la provincia de Mendoza con el objeto de reconstruir el aparato logístico militar de Montoneros [2], la organización guerrillera más grande y organizada de Latinoamérica en la década de los 70.

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Carta a una señorita

CARTA A UNA SEÑORITA EN PARÍS O LA DIVISIÓN IDEOLÓGICA DE LO RACIONAL Y LO ABSURDO

Por Jesús Armando Lúquez Fonseca*

Carta a una señorita en París, de Julio Cortázar, contrario a lo que podría parecer, es un título que aporta significativamente a la trama del cuento. El texto es realmente una carta sin respuesta dirigida a la Srta Andreé, un monólogo interior que va tomando forma cuando descubrimos que el personaje principal es un hombre que vomita conejitos y que cuenta este hecho, que para entonces era un secreto, a través de una correspondencia. Para entender el texto, se debe partir del contexto socio-histórico en relación a los momentos que preceden al cuento. Lo que no significa que pase por alto la primera condición para hacer un trabajo sociocrítico, el cual radica en poder «desenterrar lo social en el texto» [1] y que se logra a partir del análisis de las estructuras ideológicas que subyacen en el mismo.

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Morochapicante

MOROCHA PICANTE

Por Feliciano Tisera*

Carilinda, labios gruesos, vestida siempre con ropa que se le pegaba al cuerpo como una segunda piel, la Morocha bajaba todos los viernes de un taxi a la puerta del baile y, una vez dentro, bailaba sola, sin mirar a nadie, toda la noche, una semana tras otra.

El Picante, amo y señor del baile, la cuidaba, porque ella le daba categoría al baile: rebosaba clase y sensualidad, brillaba entre tanta negra hedionda y maleducada.

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Antonio Dorado

ANTONIO DORADO: “EL FUTURO DEL CINE COLOMBIANO DEPENDE DE PENSAR LA DISTRIBUCIÓN”:

Por John Harold Giraldo Herrera*

El cine colombiano ha venido creciendo. Las películas se hacen, se estimulan en la producción, incluso en la idea. Tenemos leyes para garantizar que exista una industria y se respalde. No obstante, un hecho visible es la falta de taquilla, es decir, de asistencia a las salas cuando se estrena. Lo otro es un equilibrio entre mantener la película en cartelera así como su promoción. Estamos llenos de Hollywood y películas como estas duran meses (hasta 3 seguidos) y en cambio una película nuestra dura una semana cuando mucho seis en un cinema.

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Inapresable levedad

LA INAPRESABLE LEVEDAD DEL SER

Por Lourdes Gil*

Para Hedwig Schindler y su abuelo Valentín

«El verdadero poder no precisa de arrogancia,
ni de barbas pobladas o voces aterradoras.
El verdadero poder te estrangula con lazos de seda.»
(Oriana Fallaci, Entrevista con la Historia).

El domingo 24 de septiembre de 1954 murió en La Habana Leopoldo Vogel, periodista de El Heraldo de Cuba hasta enero de 1927, cuando la policía de Machado allanó el edificio y destruyó la maquinaria. Una parálisis temporal le impediría escribir o caminar durante dos años, arrojándolo a un mundo imbuido de sombras.

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Mes septiembre

EL DORADO MES DE SEPTIEMBRE

Por Javier Campos*

Well, if you’re traveling in the north country fair,
Where the heat winds hit heavy on the borderline,
Remember me to one who lives there.

[Bueno, si tú viajas al norte donde es la feria rural
Donde el viento caliente siempre pega fuerte,
Acuérdate de que yo soy de allí]

(Bob Dylan)

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Sebastian Antezana

SEBASTIÁN ANTEZANA, EL AMOR SEGÚN…

Por Carlos Fonseca*

En algún lugar leí que en las primeras fotografías, anteriores a los retratos, destacaban los espacios vacíos. Trazados de ausencias: callejuelas vacías, edificios abandonados, ruinas que apuntaban no tanto hacia otra esfera más allá de lo humano, sino hacia su ausencia latente. Esas primeras fotografías son testimonio de que desde un principio la fotografía es un arte del duelo. No es entonces extraño que El Amor Según… (editorial El Cuervo, 2011) de Sebastián Antezana, ganador del Premio Nacional de Novela Boliviana por su anterior novela La Toma del Manuscrito, comience como una meditación sobre la fotografía, pues se trata precisamente de una novela de duelo. Una mujer ha desaparecido y su amante indaga sobre la extraña pérdida. Hay una casa con un estudio donde la desaparecida, la fotógrafa, solía tomar su fotos. Hay un cuaderno de notas donde ella solía esbozar los esquemas de sus nuevos proyectos. Hay una desaparición y las únicas pistas son los esquemas de ese último proyecto que el amante lee y relee.

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Camaleon

UN CAMALEÓN A LO LEGAL

Por Carlos Cortés Martínez*

En las calles bogotanas, encontramos a uno de los siete millones de colombianos que, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, viven de la informalidad. George Ricardo, o el Camaleón, como hemos decidido llamarlo, se gana la vida a punta del rebusque diario.

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Vispera

EN LA VÍSPERA

Por Aquiles Cuervo*

Avanzaba septiembre. El viento lo recordaba. Apenas se levantaban las vallas del festival de verano y la gente comenzaba a ver las últimas hojas de los calendarios, con sus paisajes distantes, del Norte. En otras latitudes se anunciaba el otoño, pero aquí solo se hablaba de cometas y de zeppelines de fantasía. Allá recién el año nuevo empezaba y se retomaba lentamente el curso de la vida rutinaria, sin verano. Aquí, las emisoras todavía no ponían canciones navideñas y en las vitrinas nadie se atrevía a intercalar las brujas del Halloween con los años viejos. Cada año la navidad arrancaba más temprano, quizá porque eso era lo que se necesitaba.

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La puerta

LA PUERTA

Por Nora Mendez*

Tendría que haber sospechado de la tardanza, nadie pierde las llaves de su propia casa estando en ella, ¿o sí?, quizás sí pero no la dueña de una pensión de paso con inquilinos que vienen y van todo el tiempo y todo el día. Eran las 6 de la mañana, lo recuerdo, el frío me estaba entrando por las pantorrillas.

Siempre pensé que el día que cayera presa, sería en una acción extraordinaria, no así, tocando el timbre. Empecé a inquietarme, mi compañera se percató por como me movía. Calmate —dijo— esta vieja es bien pendeja. Alejandra había llegado primero a la pensión, se sentía con cierto derecho a conocerlos. Volteé hacia arriba y estaban la dueña, sus dos hijas y dos mirones más observándonos. Entonces quise dar la vuelta, halar Alejandra hacia un lado pero fue inútil, cuando se abrió la puerta, el mundo entero nos cayó encima.

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Austro

AUSTRO

Por Marta Lucía Fernández Espinosa*

Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
(Miguel Hernández)

La tramontana y el solano habían traído diásporas de esporas ladinas, que se aferraron al verde olivo sudamericano; las botas militares parecían contener el suficiente alimento para su supervivencia trepadora, que ascendía a deglutir las últimas neuronas del cerebro medio, para expandirse a sus anchas en el antiguo cerebro reptil. Extendidas por las cuerpos sumisos y uniformes, arrastraban consigo ejércitos ávidos de sangre humilde. Manadas de saurios carnívoros gobernaban la América del Rio Bravo hasta la Patagonia. De esto hace apenas unas décadas.

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Señores Peleados

LA MESA DE LOS SEÑORES PELADOS

Por Alejo Steimberg*

TIEMPO

Ya el ticket
como antes, a la izquierda.
Ahí hay café; no, en taza no.
Allá vasos de plástico.
Panadería ahí; ¿salado?
Sémola y blablá.
Perdón , no oí,
el señor hablaba.

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Maria Camila

A LAS OCHO LLEGA MARÍA CAMILA

Por Jaime Báez León*

Yo voy a esperarte aquí hasta que llegues y me veas con el pelo largo y la pequeña barriga que me gané desde que te fuiste, y no sé a ciencia cierta por qué lo voy a hacer. Porque cuando leí tu e–mail muchas ideas se me cruzaron por la mente, María Camila. Ideas y creo que más bien fueron imágenes, la imagen de tu hermano enfundado en la chaqueta café de siempre, y la de tu papá y tu mamá, el matrimonio imperfecto, mirándome con sorpresa y abrazándome porque había venido a esperarte al aeropuerto después de todos estos años. Esa imagen más o menos se convirtió en realidad cuando llegué hace cuarenta minutos.

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Tranquilidad

LA TRANQUILIDAD

Pedro Madrid Urrea*

Creo profundamente que el beber y fumar ha sido una práctica milenaria destinada a que los humanos mitiguemos un poco el daño que nos hemos hecho. Descansar y olvidarnos de tantas miserias que hemos creado. De los egipcios, por ejemplo, creo que no solo descubrieron en la cerveza una buena forma de alivianar la sed y de crear rituales, sino, por el contrario, descubrieron que ese líquido fermentado era excelente para hacerlos pasar las tragedias de vivir en medio de brutales dinastías faraónicas, y como método de adormecimiento para evitar observar detenidamente las pestes y enfermedades que los aquejaban. Sabios hombres del Nilo.

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Castlerigg

UN DÍA CON LOS ESPÍRITUS DE CASTLERIGG

Por Joan Unsiker*

Durante mi vida, he visto muchos lugares hermosos. He visitado ciudades magnificas alrededor del mundo, de este a oeste y de norte a sur: Nueva York, Londres, París, Lisboa, Estambul, Buenos Aires, San Francisco, Hong Kong y Sydney. He disfrutado de maravillas naturales tales como Las Cataratas del Iguazú en Brasil y los Alpes, además de varias islas en el océano Pacífico oeste. ¡Qué maravillosos son estos sitios! Siempre me preguntaba: «¿Hay algo más hermoso que esto?» Pensaba que había visto lo mejor de lo mejor. Pero, estaba equivocada.

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Boris Vian

CARTA A BORIS VIAN

Por Christian Camilo David Montoya*

Apreciado Monsieur Vian

Lo saludo con afecto desde el siglo XXI y le deseo felicidad, aunque entiendo que está muerto. Le escribo para contarle que leí su maravilloso cuento Le Loup–garou que usted tuvo a bien escribir a mediados del siglo XX.

Quisiera —respetuosamente— compartirle mis comentarios e impresiones sobre la pícara aventura de nuestro afelpado amigo de ébano: Denis.

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Vicisitudes de un sol

LAS VICISITUDES DE UN SOL Y OTROS CUENTOS

Por Elmer Ernesto Alcántara C.*

Créanme; no hay nada como las calles del Perú para encontrar contrastes increíbles, una gran diversidad de tipos humanos y las curiosidades más llamativas. Especialmente para alguien como yo, un observador curioso, con bastante tiempo libre y que disfruta mucho de caminar. Además, a lo largo de los años, y considerando que salir a caminar es uno de mis pasatiempos favoritos; he desarrollado un tonto pero inofensivo juego que consiste en: a partir de la «imagen» o la «figura» de una persona (en realidad se trata de darle una mirada atenta que considere todo lo que pudieran decirnos detalles como la edad, la ropa, la apariencia, la expresión, el lenguaje de esa persona), y a partir de esos detalles, repito, configurarle (mentalmente por su puesto) una vida, una familia, un destino. Es un juego que no se puede jugar todos los días pues requiere cierta condición: que la persona a «configurar», debe estar en una situación especial, de cualquier naturaleza, pero como en el centro de algo; de un momento, de una situación, de una casualidad. Por lo demás, el juego no dura más de cinco minutos pues rápidamente se torna aburrido y todo se acaba. La única regla, para que el juego funcione, es que se trate de personas totalmente desconocidas y sin posibilidades de conocer.

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Duele

DUELE

Por Miguel Ángel Teposteco Rodríguez*

Un humo de hierbas se arroja sobre la figura de la Niña Blanca, el hombre de los tatuajes decolorados sopla, el sonido de las calles repletas de Tepito se dispersa, figuras de oro, el negro resaltado en las fotografías impregna a la gente. Liliana se arrodilla frente al altar perfumado, deja las flores de mariposas amarillas, reza un ratito. Alfonso dispara la cámara, las velas se sacuden. Hay contacto visual, observan el iris café del otro; dos estaciones del año después están en calzoncillos percudidos, encerrados en el departamento de la chica, el periodista le confiesa su habilidad para VER LOS SUEÑOS AJENOS, Lila (flor púrpura brillante) se ríe, lo besa, después continúan la plática con el olor a marihuana en la habitación. En unos pasos más ella queda embarazada de Octavio. Alfonso recordará esta escena con ternura sin saber que su esposa está con alguien más del otro lado de la metrópoli.

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Extasis de la vida

EL ÉXTASIS DE LA VIDA: ESPEJISMO DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA Y DE LOS ENERGIZANTES

Por Luz Mery Tapias*

Sentirse un poco triste, ansioso, nervioso, cansado, se ha convertido en una serie de condiciones humanas patológicas, porque ahora se ha instaurado la idea de que hay que estar y sentirse feliz en todo momento; hay que sentirse enérgico y vital las veinticuatro horas del día, para poder cumplir ante las exigencias de un mundo globalizado, cada vez más tecnificado y competitivo.

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Recuerda cuerpo

RECUERDA CUERPO

Por Juan Camilo Tobón Cossio*

A Constantino Kavafis

«La fantasía nunca arrastra a la locura;
lo que arrastra a la locura es precisamente la razón»
G. K. Chesterton

I

Mis ojos no podían dar crédito a lo que veían. Yo, tal vez, movido por el pudor los cerraba, pero la atracción de los cuerpos me obligaba a mirar. Generando una visión borrosa que brotaba de algún rincón dentro de mí mismo. Me los refregaba para procurar dar crédito a lo real. ¿Cómo era posible? ¿Dónde estaba la moral? ¿Dónde estaba ese algo delicioso que me hacía ver?

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Mosaico de lujuria

MOSAICO DE LUJURIA

Por Camilo Andrés Caballero B.*

Mientras la observaba vestirse reflexionaba sobre como era igual a todas las que le precedieron y todas las que le procederían. De cierta manera, cuando ya estuviera en el ocaso de mis días y evocara todas estas memorias vería como tantos rostros de mujeres hermosas se convertirían en uno solo, dejando así que solo fue una mujer. Solo una mujer, una mujer que en realidad era muchas. Era una sola mujer, en una sola habitación, en un solo motel. Todo se fundiría como si fuera una barra de acero, dando así como resultado a una mujer metálica, fría y distante, que en realidad no era una sola sino muchas. Pero al asomarme sobre el plateado metal no vería su rostro, sino vería el mío reflejado. Así que esa mujer que en realidad eran muchas resultó ser, en realidad otra vez, yo.

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