Literatura Cronopio

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Cuerpo

EN MI CUERPO ESTABA EL INFORTUNIO

Por Melina Pezzotti Escobar*

¡Apártate de mí…!
—Dijo mi rostro.

Te arrancaré el espíritu de un solo tajo,
—Dijo la llaga.

No provocó náuseas ese peregrino,
Ni siquiera regurgitaste.

MIEDO

Aliento que se desliza en la ceniza del viento.

Asfixia poderosa,
Horizonte incierto,

Solidez que se evapora.

Absurdo,
Pérdida,
Absoluto de la nada.

Ser un guerrero que domina la tempestad del tiempo.

ACANTILADOS

El tiempo se detiene en las crías de quien no desea envejecer,
Perpetuarse no significa ser constelación.

Las lágrimas se esconden en las piedras del olvido,
El enigma es un dios de pies azules.

Los acantilados son grandes revelaciones…

La sangre que emana de Cupido es sagrada.
La muerte y el nacimiento se hallan en el mismo sendero.

La realidad engancha instantes y ángeles,
La piel se abre:
Mi carne es una lenta agonía que el mar devora.

Los claveles hipnotizan almas y océanos.
Las estrellas palidecen,
Las astromelias callan…

La resina del dolor aprieta,
La poesía festeja.

EL IMPULSO HABITA EL CORAZÓN DEL COLIBRÍ

El impulso habita el corazón del colibrí,
Preña arroyos y detiene la herida con granos de café.

Antes de caer,
Mi cuerpo es vencido en tus manos.

El impulso es una lágrima de éter
que remienda mi alma con hilos verdes y polvo de luna,

Creo en la traición a la muerte,
en un abrazo… en un trueno.

Cada bosque es un laberinto que me ofrece su piel.

El impulso de una sombra me devora,

El impulso de la muerte
Se balancea en los reflejos de un adiós,

Y el impulso que viene del amor
Pertenece al dolor y a la muerte.

SALIR ILESO

Salir ileso,
Con la sangre abierta y el corazón intacto,
Con la grieta
de un sollozo que miente,
Con la astilla
de un laberinto silente,

Sin un golpe,
Sin un grito
que pueda lanzarme desnudo
hacia la herida,
Hacia el viento de un abismo
que me escucha desde lejos,
Hacia el trono de la inocencia
que vacila ante mis ojos;

Codicia de espejos,
Oscuridad y fragmento de la sombra que me habita,
del sendero que me instruye,
del poder de una palabra
en la lluvia de un amanecer,
Del trueno silencioso
que me provoca y acaricia,

Todo lo sé amar,
Incluso la postura del desprecio,
Su presencia inquisidora,
Su alivio y destreza
para hacerme perder la fe,

Nunca la locura.

DIMINUTO FUEGO

Si un niño se convierte en ángel
Sus ojos cambian
Y el horizonte se transforma.
El acróbata no teme a las alturas
Y sus pies livianos
Hacen maravillas en una cuerda
Que mira hacia el abismo
Con locura y sensatez.
Sin embargo, el niño
No tiene baja estatura,
Sabe más que sus padres y abuelos,
Incluso más que sus descendientes,
Porque ha visto mujeres
Convertidas en focas
Y en la naturaleza
Ha descubierto tantos duendes y hadas
Que ya ni lo recuerda.
Hablando con las rocas
Encuentra el secreto
De la inmortalidad divina,
Ya no es un pequeño,
No alberga temores
Y es más que un diminuto fuego.

EL PROCESO

La hormiga, sabe que el bullicio
Se esconde en las raíces de los árboles.

Si un cuerpo permanece abierto,
La emoción, cubre su memoria.

La derrota cae,
En forma de granizo,
Al final de la carretera.
_________
* Melina Pezzotti Escobar nació en Medellín el 24 de diciembre de 1975. Estudió Trabajo Social en la Universidad Pontificia Bolivariana. Asistió durante 4 años al taller de literatura en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín, con Claudia Ivonne. Ganadora del Primer Concurso de Narrativa y Poesía «Le Radici e le Foglie» (Las raíces y Las hojas) en Roma- Italia, el 28 de diciembre del 2001. «La memoria nunca regala sus marcas» es su primer libro, publicado en el 2007. Desde hace 13 años reside en Cartagena de Indias.

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