Literatura Cronopio

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GIGANTE

Por Edgar Aguilar*

Ellos dirán que nada tiene de extraño,
Que simplemente es normal…
Que todo lo que pasa aquí es normal.
Ellos dirán que el mundo se mueve
Conforme sus leyes, sus propias necesidades…
Yo no estaría muy seguro…
Ellos planearán ultimátums, dictarán sentencias,
Dividirán a los hombres
Según distintas nociones y reglas,
Y tú no podrás escapar de ellos
Si eres parte de ellos,
Si actúas sólo para agradarles y complacerlos.
Ellos harán todo lo posible
Por envejecerte en plena madurez,
Por hacerte adulto en la infancia,
Pero tú sabrás reconocer la mentira
De sus pasiones, pues ignoran que eres Gigante.
Ellos dirán lo contrario… pero tú ya lo sabes.

DEMONIO

Toda vez que el hombre
Haya llegado a los excesos más insospechados
De la locura:
¡Equivocad el camino!
¡Interponed muros
Sobre rumbos trazados!
¡Colocad espinas
En la fétida dentadura de sus miserias!
¡Avanzad con paso firme
Hasta evitar la matanza de los humildes!
¡Sed como guerreros águila y tigre
Ante la inesperada presencia
Del más despreciable de los demonios!

INFIERNO DE INFIERNOS

Uno jamás poblará el infierno de infiernos.
Es decir, de pequeños y medianos infiernos;
Uno jamás podrá distinguir tales cosas.
Los dioses cantan sus alabanzas… Los hombres las suyas…
Pero el mendigo, el pobre huérfano de secretos
Y de amistad, el conductor de autobús de primera
Con pasajeros de segunda y tercera clases…
Nada concuerda… Nada es real porque lo irreal
Carece de lo cotidiano, de lo expresivamente formal,
De lo que ninguno de nosotros logra asir sin reproche,
Sin conciliación, sin verdadero sentimiento.
Pero esta es una situación engorrosa,
Que a nadie place seguir mordisqueando.

ESPEJO

A Borges

Tú cuya carne herida desconoces,
Desconoces el vientre de tu carne,
En tu piel deshabitada pereces
Como el polvo enterrado que en ciernes

De tu bífida sangre, solitaria
Vive, renace y muere encarnecida
En otro ínfimo sueño, otra escindida
Vida que se contempla imaginaria…

Ahora que, aduces, puedes mirarte
Y no mirarte sin nunca ser visto:
Una tenue capa de falsa muerte

Se cobija en el alto, oscuro puesto
De la noche… Y ni tu doble, ni nada,
Te advierte de su gélida mirada.

ÁNGEL NOCTURNO

Es la hora en que mi espíritu duerme.
Un ángel le acompaña en su leve sueño.
El viento hace crujir la fría escalinata
Que me conduce a la víspera del alba.
¿Despertar?
¿Hay algún sentido en ello?
La lógica —la lógica de los de nuestra especie—
Sólo es posible a través del sueño.
No hay nada más en él.
Nada oculta un nuevo misterio.
Los ángeles huyen, el batir de sus alas
Sesga el halo yermo de mi materia inerte.
Son como aves nocturnas
Que, aún en su vigilia, pretenden alzarse en vuelo.
Pobres criaturas meditabundas
Que en su gloria efímera pierden todo valor:
Su verdadera naturaleza.
¡Velad mi sueño, almas oscuras!
¡Velad mi arrogante espíritu
Que se revuelve en su lecho
Ante el agonizante soplo de su última noche!
__________
* Edgar Aguilar (México, 1977) es narrador, poeta y editor. Obtuvo el Premio de Poesía Jorge Cuesta en 2000, convocado por la Universidad Veracruzana. Ha publicado el libro de poesía Ecos (2007), y el libro de cuentos La torta y otros relatos menos crueles (2010). Poemas, reseñas, aforismos, artículos y cuentos suyos han aparecido en distintas publicaciones en México, como La Jornada Semanal, La Palabra y el Hombre, Casa del Tiempo, Revista Cultura de Veracruz, Replicante, entre otras. Dirigió las revistas literarias Libertina y Artemisa.

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