Cine de Cartelera Cronopio

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INCEPTION: EL MATRIX DE LA MENTE

Por Jerónimo León Rivera Betancur*

¿Alguna vez tuviste un sueño tan real que juraste que era verdad? Esta línea de diálogo de la película Matrix, una de las más emblemáticas de finales del siglo XX, vuelve a ponerse de moda con Inception, la última película de Cristopher Nolan (uno de los últimos directores de culto de Hollywood), con la diferencia de que ahora la inmersión no es un viaje al interior de un software de simulación, si no una increible aventura al interior del ser humano.

Inception es una de esas películas que llegan precedidas de una gran expectativa pero, a diferencia de muchas otras, su prestigio no está sustentado de manera exclusiva por efectos especiales, galardones, el prestigio de su director, las estrellas que protagonizan o su temática novedosa.  Esta película tiene un poco de cada una de las anteriores.

Nolan nos tiene acostumbrados a relatos poco convencionales en su narrativa y sus temáticas.  Desde Memento, una de sus primeras y más importantes obras, ha generado expectativa y algo de confusión en espectadores acostumbrados a tramas fáciles y predecibles.  Su gran virtud es que logra enganchar al público por medio de historias atractivas e inquietantes, con altas dosis de suspenso y en donde los efectos especiales están siempre a beneficio del guión.

A pesar de contar hasta el momento con pocas películas (Memento, Insomnia, The Prestige, Batman Begins, Batman the Dark Knight y ahora Inception), Nolan es uno de los directores más coherentes de Hollywood, caracterizado por su obsesión por los orígenes y las causas más que por los impactos y las consecuencias.  No es gratuito, por tanto, que conozcamos en la primera escena el final cronológico en Memento y

The Prestige o que sus películas sean contadas hacia atrás (Memento), de forma circular (The Prestige) o mediante tiempos paralelos no simultáneos (Inception).

Las historias de Nolan están protagonizadas por personajes oscuros que no generan total simpatía en el espectador pero que terminan conmoviendo por su honesta humanidad.  No son héroes sino seres atormentados, llenos de culpa y miedo (Aun en el caso de Batman, que en las dos películas de Nolan es mucho más ambiguo, complejo y oscuro que en las de Shumacher y Burton).   Un hombre con amnesia y un oscuro pasado (Memento), una rivalidad a muerte entre dos magos (The Prestige), un policía con insomnio y un gran sentimiento de culpa (Insomnia) y un superhéroe que aun no sabe si es realmente el villano de la historia (Batman) se completan ahora con un grupo de personajes cuya misión es algo confusa y poco aceptable, liderados por un hombre carcomido por la culpa, trabajando para un magnate, cuyos oscuros motivos no se justifican.

Inception es como Viaje Insólito, la película ochentera, pero en este caso la travesía es al interior psíquico de alguien; un viaje que se parece más a la inmersión metafísica de Quieres ser John Malkovich.  Esta circunstancia ha hecho de esta película un blanco fácil de los psicoanalistas y sus teorías sobre el yo; pero, con todo respeto, creo que ésta es sólo una excusa para romper la linealidad del tiempo y jugar con la relatividad espacio-temporal.

El espectador común podría perderse en una trama que, a diferencia de las típicas de Hollywood, no explica ni justifica las acciones pero en el fondo no es nada tan complejo que no pueda entenderse desde la lógica del sueño, que  poco tiene que ver con la lógica de la vida real. Sus mayores detractores critican el guión por momentos confuso y algunas incoherencias en el manejo de los niveles de sueño, pero en la sequía actual de buenas historias, Inception es una cinta más que satisfactoria.

La confusión podría generarse posiblemente con la incursión tecnológica de simuladores que, al estilo de Matrix, permiten a los viajeros la posibilidad de tener un sueño controlado y un encuentro (que podría concluir en lucha) con el inconsciente del durmiente huesped.  El juego de Nolan consiste en la compresión del tiempo en cada una de las esferas y el engaño que puede hacerse al inconsciente mediante la simulación perfecta de la realidad.  Es en este aspecto es donde más se evidencia el género de ciencia ficción de la película y en lo que más se asemeja a Matrix, aquella película de 1999 (por supuesto sólo la primera y no los remedos posteriores) que nos hizo dudar de la realidad que nos rodea, soportadas ambas desde la ciencia por algunas teorías de la física, la filosofía y autores como Baudrillard.   En el caso de Inception es realmente destacable el juego con tiempos paralelos, que hace caso al tema de la relatividad del tiempo… ¿Cuánto dura un segundo? todo depende.

El elenco de la película conjuga consagrados actores de gran prestigio como Tom Berenger (Platoon) y Michael Caine (Las reglas de la casa de la Sidra, Vestida para matar) con la talentosa francesa Marion Coutillard (La vida en rosa) y actores infantiles y juveniles reconfigurados en roles adultos como Ellen Page (Juno), Joseph Gordon Levitt (3d rock) y el mismo Di Caprio ( que se hizo famosos por películas como Que come Gilbert Grapes? o series como Como duele crecer).  Sus personajes han sido atacados por algunos críticos y hay que decir que les asiste algo de razón al sugerir que no están bien configurados y que, a excepción de los de Di Caprio y Page, los demás sólo son parte de un equipo en donde los roles no están del todo claros.

Inception es una película que tiende a convertirse en film de culto, es una moderna obra maestra de la ciencia ficción que consolida a Cristopher Nolan como autor emblemático y a Leonardo Di Caprio como el actor mimado de los grandes directores (después de Scorsese,Ridley Scott, Spielberg, Agnieska Holland y Nolan; mi director favorito, Clint Eastwood, lo eligió para protagonizar Hoover en 2012).
A todo esto hay que añadir el valor de su director al hacer una película que va en contravía de la reciente moda de filmar dos versiones para estrenar una en 3D.  Nolan justificó su negativa en la pérdida de brillo que tendría la versión 2D (accesible al gran público) y en lo innecesario que sería este efecto para la narrativa de la historia.

Si usted no ha visto aun esta película ni conoce la obra de su director prepárese para dejar de lado el efecto de la magia y tratar de entender el truco.  Esta película probablemente le recordará aquel sueño tan real que tuvo y le hará preguntarse si realmente fue sólo un sueño… ¿te duelen los ojos? Es porque nunca los habías usado” (Matrix, 1999)
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* Jefe del Área de Comunicación Audiovisual de la Universidad de La Sabana (Bogotá) y Director de la Red Iberoamericana de Investigación en Narrativas Audiovisuales.  Autor de tres libros sobre cine e imagen y de numerosos artículos en revistas nacionales e internacionales.

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