Literatura Cronopio

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LA MÁQUINA DEL TIEMPO DE LEER Y DE ESCRIBIR

Por José Luis Martínez-Dueñas*

Mi amigo Park Honan, catedrático de literatura retirado y reconocido biógrafo de Matthew Arnold, Jane Austen, William Shakespeare, Christopher Marlowe y T. S. Eliot, me contó que cuando llegó a la Universidad de Birmingham le asignaron un despacho en el que encontró un armario con docenas de latas de tabaco de pipa vacías y al intentar tocarlas se le cayeron en la cabeza. Eso lo narra David Lodge, también por entonces profesor en Birmingham, en su conocida novela del género académico (novela de campus) Changing places, como algo que le ocurre al profesor norteamericano Morris Zapp al llegar en intercambio con la universidad inglesa de Rummidge.

Esta vez David Lodge vuelve a tomar la realidad como punto de partida de una manera compleja y ambiciosa al escribir una original y concienzuda biografía del escritor Herbert George Wells. No se trata de una biografía literaria sino de una novela, como aclara la edición. ¿Qué diferencia hay? Al imponer en el subtítulo la palabra novela ya se despliega el omnipotente concepto de género, creando unas expectativas y unos modos como conditio sine qua non. En una novela esperamos personajes, acciones, descripciones, sucesiones de hechos y eso lo hace Lodge con la biografía de H. G. Wells. Como novela juega con el modo de representación temporal y frente a la tradicional narrativa biográfica de precedentes, nacimientos, desarrollos y final, Lodge asume el papel de escritor que escribe una novela y así todo comienza en el Londres del final de la II Guerra Mundial, bombardeado y triste. En esa ciudad vive ya avejentado y enfermo un escritor muy famoso y popular en una buena casa del centro atendido por enfermeras y visitado por diversas personas, entre ellas una de sus amantes, la escritora Rebecca West con la quien tuvo un hijo; West llegó a cubrir los juicios de Nuremberg en 1946. El comienzo no pude ser más prometedor. Lo difícil es cómo cumplir la promesa y cómo mantener el interés. Lodge juega hábilmente como los tipos de escritura y de una narración así pasa al género de la entrevista, pues de esta forma el periodista pregunta al novelista y este contesta, y así los lectores nos enteramos de diversos datos que aparecen en boca del personaje biografiado/novelado.

La elección de Lodge parece acertada y original pues la figura de Wells es muy especial. Tuvo esa mala fortuna de ser desde muy joven un escritor de éxito, conocido y famoso. Se molestó en escribir novelas bien distintas y siempre aportar algo narrativamente original, y tuvo un público fiel y constante. Fue, además un importante personaje de la Inglaterra de fines del XIX y principios del XX y formó parte de la llamada sociedad Fabiana, especie de socialistas intelectuales que ayudaron a la formación del incipiente laborismo. Fue siempre un progresista, pero muy cauto y coherente. Fue un amante esposo y padre y amante de sus múltiples amantes, manteniendo siempre una discreción difícil. Hijo de un modesto tendero y una doncella del servicio doméstico, luchó siempre por tener una educación formal, llegándose a licenciar en ciencias, con el famoso profesor Thomas Huxley, y en su vejez alcanzó el grado de doctor. No quiso proseguir una carrera académica, aunque tuvo unos brillantes comienzos docentes, y enseguida tuvo su reconocimiento de escritor con esa famosa novela The time machine (La máquina del tiempo) y otras posteriores como The War of the worlds (La guerra de los mundos) que haría famoso a un joven Orson Wells (curiosa coincidencia de apellido) en su histriónica versión radiofónica. Amalgamó ciencia y narración en su escritura y también otros valores y realidades sociales, y siempre fue un innovador. Una de sus novelas, Anna Veronica, no es más que un trasunto de su relación con Amber Reeves, la hija de otro fabiano y alto comisionado para Nueva Zelanda en Londres. La novela supuso un buen escándalo pero Wells nunca admitió la realidad de la relación novelada. Como curiosidad hay que decir que Amber Reeves se casó, para mantener las apariencias, con un curioso personaje, un abogado de Londres, llamado ni más ni menos que Rivers Blanco White, biznieto de José María Blanco White.

La novela de Lodge nos presenta a personajes de la época en trato con Wells: George Bernard Shaw, Henry James o Arnold Bennet. A través de estas páginas Lodge nos explica el entresijo de esas relaciones, los altibajos de las mismas, las discrepancias y los matices personales y profesionales. Así leemos en una carta de Henry James a Wells como aquél se queja del poco éxito de venta de sus obras frente a los 4.000 ejemplares que Wells vendía. Esos personajes de la literatura, tan imponentes y conocidos, se asoman como personajes de una narración con sus reacciones y cambios de humor, con sus cartas y sus respuestas. Resulta sorprendente ver a estos escritores tan conocidos como contertulios, interlocutores, correspondientes. El acierto de Lodge estriba en desgranar esas realidades literarias en un escenario de personajes, con sus movimientos, entradas y salidas, palabras y silencios. Así cobra vida narrativa algo que queda consignado a los anaqueles de las bibliotecas, a los legajos de los archivos y a las notas de los estudiosos. En la entrevista sale a relucir el aspecto caprichoso de Wells, cuando al volver de una gira por los Estados Unidos, recaló con Rebecca West en Gibraltar y se instaló en el hotel Reina Cristina de Algeciras. Allí se encontró mal y ordenó al director que llamase al almirante de la flota en Gibraltar para que le enviasen un oficial, médico, de la armada: «Dígale que es H.G. Wells que está malo».

Un aspecto de mucho interés en Wells, aparte de sus virtudes literarias, sus capacidades amatorias, sus habilidades domésticas y su astucia financiera, es su adscripción política; y esto lo retrata Lodge con sutil acierto. Por principios fabiano-socialistas debería de votar a los laboristas, y él mismo fue candidato laborista por un escaño de la Universidad de Londres en los años 20 varias veces. Sin embargo sus simpatías al final de su vida se dirigían al Partido Comunista, no por sus ideas, sino por algunos de sus candidatos. Así, en las elecciones generales de 1954, la gran caída de Churchill tras ganar la guerra, como en su distrito no había candidato comunista, tuvo que votar al candidato laborista. El presidente de la mesa electoral salió del colegio con la urna para que Wells depositase su voto y se produjo un diálogo británico con la pregunta «¿Está esto permitido?» a lo que el funcionario replicó que probablemente no pero se hallaba preparado para cambiar las reglas. Según Lodge, el cambio laborista con Clement Attlee llegó tarde para Wells, pese a ser el momento de mayor inflexión social y el primer gobierno laborista de mayoría absoluta.

La vida de H. G. Wells, su obra y su estela de influencia queda plasmada de manera clara y precisa en estas páginas de Lodge que resumen con detalle y variedad ese cometa que brilló y provocó sorpresa y alarma.

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REFERENCIA:

David Lodge, A man of parts. A novel, London: Harvill Secker, 2011, 565 págs.

 

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* José Luis Martínez-Dueñas Espejo (Madrid 1953) es Licenciado y Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, Catedrático de Universidad de Filología Inglesa («Lengua Inglesa»), es autor de los libros Estilística del discurso narrativo Universidad de Granada, 1992, La metáfora, Barcelona: Octaedro 1993, Función de la representación y la descripción en el retrato inglés, Granada : Virtual 1996, Retórica de la lengua inglesa Granada: Comares 2002, El verbo con sentido. Diálogo sobre la retórica y su actualidad, Granada: Grupo &, 2003, y co-editor con José Mª Pérez Fernández de Approaches to the poetics of Derek Walcott, New york: The Edwin Mellen Press 2001, y con Rocío G. Sumillera, The failed text, Newcastle-upon-Tyne 2013. Ha publicado artículos de lingüística, estilística, y retórica de la lengua inglesa en E.F.I., Atlantis, Parlance, Language and Literature, Mil seiscientos dieciséis, Revista de Occidente, Ínsula, y otras revistas nacionales y extranjeras. Sus libros más recientes son: Las fronteras de los ingleses, Alcalá la Real: Alcalá Grupo Editorial, 2008 , y The conquest of Granada, por John Dryden , Editorial Universidad de Granada, 2010, La bodega de un literato, Madrid: Abada 2016, y es co-autor con R. G. Sumillera de El primer toque de la trompeta contra el monstruoso gobierno de las mujeres, por John Knox, Valencia: Tirant 2016. Fue profesor visitante en la Universidad de Leeds en 1985, y en 1992 en la Universidad Lingüística de Moscú. En la actualidad es Presidente de la Academia de Buenas Letras de Granada

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