Literatura Cronopio

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Exilio sentimental o cruda realidad

EXILIO SENTIMENTAL O CRUDA REALIDAD

Por Antonio Arenas Berrío*

Vida, de Patricia Engel, es un libro de nueve relatos y no más de 176 páginas. Está escrito con pausa, silencios, gracia y memoria. En estos se narra la existencia de una mujer llamada Sabina que va en busca de su ocurrente identidad a través de las relaciones familiares, los idilios amorosos y las amistades. Son tres décadas en la vida de una joven colombiana, hija de inmigrantes en los Estados Unidos. Se cuenta la nostalgia por la madre patria, el sentirse extraña y extranjera en el país lejano. ¿Qué significa en la vida de una mujer ser un inmigrante en Norte América? Algo inconmensurable, discriminación, exclusión, rechazo, explotación sexual, vida de consumo, amores negados; memorias fundamentales con las que se encontrará el lector de este libro de relatos donde los personajes son los retratos y fragmentos de la inmigración y el ostracismo. Nueve narraciones de la vida cotidiana, de situaciones sencillas y dramáticas llenas de violencias contra la mujer y los inmigrantes, individuos no bien vistos en una cultura elitista y excluyente. El texto narra la vida de Sabina, su indagación sobre la identidad perdida, sus influencias amorosas, las dificultades familiares, el exilio afectivo, el cruce de dos culturas. Sabina se siente extranjera hasta con su propia vida, con su familia, los amores inesperados y fugaces. La escritora Patricia Engel nos dice sobre éste personaje femenino lo siguiente:

«Muchos creen que Sabina soy yo. No es mi alter ego. Es otra persona. Es mi mejor amiga íntima. La acepto con sus defectos y no juzgo sus decisiones ni sus actos». Además, enuncia en una entrevista: «Sabina no es Patricia, aunque al comienzo lo fue o al menos comparten muchos de los sentimientos, sensaciones y emociones que pueden sentir y sufrir una joven nacida en Estados Unidos pero de padres colombianos, lo cual genera unos particulares matices en su identidad».

Dos aseveraciones que tienen que ver mucho con el personaje femíneo y la ambivalente identidad, su ser, los sufrimientos y sobre todo la condición de inmigrante en los Estados Unidos. Ahora bien, al leerlos se nos viene a la mente lo que el escritor norteamericano, Truman Capote nos dijo sobre la narración, veamos:

«El relato breve es la forma más difícil para una persona que verdaderamente sabe utilizarla. La mayoría de la gente es incapaz de escribir relatos, de modo que no importa. Pero para aquel que es un artista del cuento es lo más difícil porque exige el mayor dominio y precisión. Muchos escritores hacen cuentos, pero no escriben relatos, así que no saben lo que hacen».

¿Sabe Patricia Engel, como escritora de relatos lo que forja frente al mayor dominio y precisión de sus relatos? ¿No se quedará en la anécdota o la desnuda historia de vida de los personajes inmigrantes? Algunos relatos carecen de dominio y exactitud y es muy reiterativo, en el que lleva por título «REFUGIO», el uso de la primera persona del singular. El «yo» aparece cuarenta y ocho veces utilizado. Empero, todas las ficciones están narradas por Sabina, llenas de pausas, trozos y afonías. Los relatos son el producto de experiencias vividas. Es de reflexionar por el lector, aquello que se nos dice cuando se ha cerrado ya el libro de relatos.

«Su voz fina e incisiva como un estilete narra la lucha por encontrar un lugar en el nuevo mundo al que ha ido a echar raíces. Una lucha que se da en los pormenores de la vida doméstica, en el territorio no totalmente conquistado del barrio, en las amistades difíciles y necesarias, en los amores precarios».

Se observa que los relatos fueron escritos en distintos momentos y acontecimientos disímiles, los une la vida de los inmigrantes y el personaje Sabina. Este libro de relatos se puede leer rápidamente e inclusive del último al primero. El tema es la vida de un inmigrante en busca de la identidad. La nostalgia y el desasosiego por su patria natal serán siempre los mismos argumentos a esclarecer: ¿qué sentido tiene vivir como un inmigrante en el Norte? Esto a Sabina no la hace feliz, ni la compensa, porque ella sabe que es invisible, no se es nadie y más con una vida como la suya tan desenfrenada. Sexo, drogas, empleos efímeros y un idioma que te hace diferente. No obstante, la escritora Patricia Engel ha reconocido que hay algo de su vida como hija de inmigrante que marca su escritura. «La experiencia de ser hija de inmigrantes me inspira. Tengo tres libros publicados y en ellos hay alusiones a los inmigrantes». El inmigrante vive una vida miserable y es excluido en el lugar donde esté. Rostros fugaces de vidas permeadas por el maltrato y la exclusión. El libro vale hoy por plantear el problema de los inmigrantes en los Estados Unidos. Por la búsqueda de sentido y el interés por el Sueño Americano.

Hay muchos testigos en los relatos, pero solo queda la sombra muda del inmigrante y una identidad deteriorada. Tres de los nueve relatos son perfectos, los demás son una crónica y otros pasarían por artículos periodísticos, porque carecen de precisión, enigma, secreto y misterio. Se acude en cada relato al recuerdo y al maltrato de la mujer. Sin embargo, lo recordado no se agota en las historias. Hay en el libro narraciones, producto de la nostalgia, el amor, la memoria, la desolación, incluso hay candorosos como: Cielito lindo, Día y Desaliento. El amor y la sexualidad son acá una efusión sentida y efímera.

El libro es el rostro de Sabina sobre sí misma, una huella de los otros, la vida mezquina de los inmigrantes. El primer cuento, Lucho, se puede leer de tajo, hay extranjeros en un pueblo de blancos, latinos en Nueva Jersey, y solo los ocupan en empleos domésticos. Lucho, el personaje de la ficción, es el signo del desparpajo, el excluido, un indecente, el maltratado. «Lucho era un poco sucio para un pueblo como el nuestro». Lucho es hijo de un inmigrante, Lucho huele mal. Lucho muere, y su padrastro, un médico, y su madre parecen afligidos. Él es la parodia bien montada de un joven inmigrante en un pueblo racista y excluyente. Refugio es redundante si no fuera por el acontecimiento de las Torres Gemelas, la vida de Sabina que no murió en el episodio, los celos y el músico que la ama en silencio, tendríamos una crónica sobre el terrorismo emocional y la caída del World Trade Center. Verde es el más regular de todos los relatos, trata sobre el maltrato, la exclusión y el abuso. Desaliento versa sobre los amores negados, Diego, Nacho, Elsa, la venta de droga, los malos trabajos y la idea de Sabina como «una chica rica a la que le gusta jugar a ser pobre».

Paloma es el sufrimiento, la enfermedad, las fricciones familiares, el cáncer, la vida mezquina de un hospicio, lugar donde la gente va a morirse.

Cielito lindo son los amores furtivos, el derroche, la lujuria, los carros llamativos, los placeres de cada día, es la tonada de una canción que hace infeliz a la mujer y la idea de que tener una relación clandestina no es tan difícil. Se trata de acostumbrarse a mentir y al juego de los cuerpos embelesados.

Vida da nombre al libro, es el mejor relato narrado de todos. Es la explotación de la mujer, la venta de su cuerpo, la trata de personas, los inmigrantes como una cosa que se compra o se vende. Una buena chica y de buena familia que la vuelven prostituta. Es la hombría y el prostíbulo, la idea de una vida mejor en el país del Norte, donde solo le queda huir de ser una esclava sexual. Es la huida de Davida a otra existencia mejor. La denuncia y el mutismo frente a la explotación sexual y comercial de la mujer.

Día es la memoria, el reencuentro, los cambios físicos, los reproches, lo que todavía es cada uno de los personajes, el diálogo de la vida y la reminiscencia.

Madre patria, el último cuento, y que debería leerse de primero para captar la vida de Sabina. Es la nostalgia, el desarraigo, la vida de una hija de inmigrantes colombianos, que es hasta extranjera en su propia tierra. Es el rechazo de una sociedad local y una sociedad foránea. La mejor fotografía de nuestro país y la vivencia en la nación del Norte. Es el ir y venir, sentirse extraña hasta con su familia. Los sueños de una mujer de poder elevarse sobre sí misma. El retoño de inmigrantes, que ha perdido su propia identidad y su sueño, es no hacerse extraña de su oportuna vida, da fuerza al tema de la subsistencia de los inmigrantes.

Vida es un hecho indiscutible. Patricia Engel diría que esperaba ofrecer a sus lectores algo mejor, una vida descarriada de inmigrantes en los Estados Unidos. Mejor una contrariedad de los inmigrantes que está en el dintel de la puerta y la civilización. Norteamérica no habría llegado a su punto final sino a su punto de partida. Un país construido por inmigrantes que expulsa y repudia a los inmigrantes. No hay en la democracia del Norte una forma política de perdurables esperanzas.

Los relatos de Patricia Engel tendrían que ver con un problema social de mucha envergadura. Exilio, exclusión, indiferencia, rechazo. El inmigrante necesita un asiento democrático que reconozca sus derechos. Residuo visible del fingido país más democrático del mundo, violando la democracia y los derechos de los inmigrantes. Vale la pena leer este libro de Patricia Engel, donde la ley de las compensaciones liberales no sirve y es activa y congruente con el Sueño Americano.

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* Antonio Arenas Berrío es escritor y ensayista colombiano. Correo-e: antonioarebe1@hotmail.com

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