Filosofía Cronopio

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Para ilustrar este proceso genético al que aludimos, tomemos como ejemplo, el final del aforismo 80 de la primera parte de «Humano, demasiado humano». Como allí el tema es la reivindicación del suicidio, es inevitable recordar lo que en el comentario a Dühring dice al respecto como, al mismo tiempo, tener presente la carta sobre la adquisición de los «Nuevos Ensayos» de Emerson que dirige a Gersdorff en mayo de 1876, donde afirma que éste está «muy enamorado de la vida». Al final del aforismo mencionado afirma: «Las religiones son ricas en regaños ante la reivindicación del suicidio: éste lisonjea a aquellos que están enamorados de la vida» [64]. Sin tener presente lo que dice en el comentario a Dühring, ni conocer la carta donde comenta la lectura del «nuevo» Emerson, difícilmente podríamos entender lo que dice. En el comentario que hace a «El valor de la vida», afirma, en oposición a Schopenhauer, Dühring y al mismo Emerson, que el suicidio no supone en sí mismo una condena a la vida y podría representar, en ciertos casos, amor a la vida. El texto del aforismo, quiere manifestar un punto de vista propio y más maduro que los juicios sobre la vida de los autores que comenta, sobre todo de manera irónica, cuando lo dirige a Emerson. Pero no debemos considerar estas divergencias como verdaderas distancias, pues, como lo volveremos a ver luego en la época de Zaratustra, no representan auténticas contraposiciones, sino, más bien, el enfrentamiento que intenta evitar una influencia arrolladora, divergencias entre genios, pero no puntos de vista opuestos. Al parecer, la reacción crítica contra Emerson no se da, del mismo modo como sucede entre filósofos, y, como señala acertadamente Stack : «this reaction to a thinker was atypical of a philosopher who was notoriously critical of so many other writers and thinkers» [65].

En los apuntes personales, del verano de 1877, hay una defensa del viaje y de los viajeros como los verdaderos trasformadores de las opiniones generales [66], que también parece inscribirse como un sutil regaño a Emerson, pues, hay que recordar que éste en Self-Reliance, afirma con extrema radicalidad : «Travelling is a fool´s Paradise» [67]. Este intento, parece ser una primera versión del diálogo entre el viajero y su sombra (muy en el tono de las Operette Morali de Leopardi) que aparecerá como prólogo y epílogo de la segunda parte de «Humano, demasiado humano» y en el que podemos observar, en su versión primitiva, que hace alusión a quienes dejan su trabajo o cambian su trabajo y se dedican a viajar transformando sus opiniones y las opiniones generales de los demás, en parte también, como un reflejo de las circunstancias personales que vive el propio autor. Pero también, además de lo que decimos, podría ser una ironía. Nietzsche leía siempre en los viajes un libro de Emerson y éste podría ser la verdadera causa de sus nuevas opiniones.

Ya habíamos hecho mención del tema de la crueldad, que aparece en los escritos preparatorios a la última Intempestiva, pero que ahora vuelven a aparecer desde mediados de 1876, bajo una luz mucho más clara, sobre todo por la presencia de los «Nuevos Ensayos» de Emerson. En el Ensayo «Nominalist and Realist», Emerson señala que el hombre superior solo se deja admirar a distancia, pues, por lo general, como afirma allí: «El hombre de dotes refinadas se protege a sí mismo por la soledad o por la cortesía, por la sátira o por un modo de expresión ácida, cada una ocultando, como mejor pueda, su incapacidad para asociarse de manera eficaz, pero queriendo de uno u otro, amor o confianza en sí mismo» [68]. En los aforismos de preparación al primer libro de «Humano, demasiado humano» anota: «Valor de un estado de ánimo oprimido: Los hombres que viven bajo una presión interior, tienden a excederse también en los pensamientos. Usualmente la crueldad denota un estado interior que carece de paz, que anhela la calma; lo mismo de cierta irreverencia cruel del pensamiento» [69]. Estos apuntes que llegan a publicarse en el aforismo 581 del primer libro de «Humano», quedan impresos y reelaborados, finalmente, del siguiente modo: «Hacerse sufrir: la falta de escrúpulo del pensamiento suele ser el signo de una disposición interior inquieta que trata de aturdirse» [70]. Como vemos, las ideas originales de Emerson, pasan por un proceso de depuración en las que el sujeto original, el hombre superior o el hombre de dotes refinadas, pasa a ser, en las anotaciones de Nietzsche, los «hombres que viven bajo una presión interior» y que, más tarde en la publicación definitiva, se manifiesta solo como «una disposición interior inquieta». Si bien hay aquí una suerte de explicación de la «irreverencia cruel del pensamiento» en un tipo específico de individuo, no vemos otro antecedente que no sea la lectura del texto de Emerson o, al menos, que éste fue quien impulsó a construirlo y reconstruirlo, como aparece en la publicación mencionada.

Si echamos una hojeada a los apuntes personales, desde 1876 a 1877, observamos que junto con la paráfrasis de pasajes completos de los «Nuevos Ensayos» de Emerson, hay también la presencia en ella de los Ensayos más tempranos, lo que nos muestra que a pesar que, como dice, «parece repetirse», vuelve a abrir los textos que ya poseía en su biblioteca personal, vuelve a observar los viejos subrayados y anotaciones al margen con los que daba testimonio de sucesivas lecturas y, que ahora, regresa para comparar con las nuevas publicaciones, buscando sintetizar y depurar sus propias ideas acerca de nuevas y antiguas opiniones. Lo significativo, en este caso, es que no se manifiesta una migración de una idea a una vivencia personal, no hay el paso de lo conceptual a lo vivencial, como aparentemente sucede y ya señalamos, pues, toda pretensión de una vivencia personal queda excluida cuando consideramos que el parasitismo, inhibe todo el aspecto concreto y singular de una experiencia propia.

En los dos libros de «Humano, demasiado humano», como en los escritos preparatorios a partir de 1875, se presenta la maduración de una nueva perspectiva que, al observarla desde los «Nuevos Ensayos» de Emerson, nos ofrece un enfoque bien peculiar. Como ya hemos señalado, Emerson afirma en «Quotation and Originality» que no existe originalidad y que los mejores pensamientos siempre proceden de otros. La verdad no es propiedad de un individuo, sino, el tesoro de todos los hombres. Como decimos, desde 1875 parece haber una voluntad de divulgar esta perspectiva emersoniana llena de un pragmatismo que solo éste podía hacer suyo y que Nietzsche intentará evitar con la ironía, tema que había comenzado a madurar desde las notas preparatorias para «Nosotros los filólogos» que, luego, con la irrupción de los nuevos ensayos, en 1876, vuelve a considerar. Pero si bien allí se manifestó por primera vez dentro de una necesidad, sin la cual, no se podría superar una relación con los griegos ya caduca y sin sentido, también la ruptura con Wagner, parece corroborar la sospecha de que la copia de sus mejores disposiciones fue una conquista consciente, y que la cercanía del modelo del que vivió por tanto tiempo, no era otra cosa que un parasitismo necesario. Esta «necesidad», se manifiesta con toda claridad, en un aforismo del verano de 1878, en el que hace un balance de su relación con Wagner (27.44): «Mi necesidad de ver hombres reales y sus motivos, fue a través de esta bochornosa experiencia, un estímulo extraordinario» [71].

Como venimos diciendo, la ruptura con Wagner, parece contribuir con esta toma de consciencia sobre la función de la copia de modelos cercanos y de su necesidad. Pero la lectura del Ensayo de Emerson sobre el tema, también empujó al regreso a ella. Esta perspectiva, que llevó en los sesentas a la metamorfosis del joven Nietzsche, vuelve a manifestarse en «Humano, demasiado Humano», pero ya no se presenta veladamente, como sucedió en los escritos preparatorios de las «Intempestivas». Las menciones de la necesidad de la copia y de la imitación, lo empujan a exponer esta idea abiertamente, pero con la ironía que allí utiliza parece querer rechazar esta conducta como suya. Extrañamente, se acepta que exista la copia y la imitación (y el parasitismo), como ya lo había hecho en la quinta Intempestiva que no se publicó, pero eligiendo justificarla como una acción de la debilidad. ¿A qué se debe esta aceptación y, al mismo tiempo, el rechazo de una identificación personal con ella?

En el primer libro de «Humano» hay cuatro aforismos que tratan el tema y que citaremos por la importancia que contienen en relación al asunto de la copia:

Aforismo 221: «La revolución en la poesía. […] Todos los poetas deben ciertamente hacerse imitadores experimentales, copistas imprudentes, por grandes que sean sus facultades al comienzo».

Aforismo 294: «Copias». «—No es raro encontrar copias de hombres importantes; y la mayor parte de las gentes, como sucede con los cuadros, halla más placer en las copias que en los originales».

Aforismo 356: «El parásito». «—Es un signo de carencia total de sentimientos nobles, cuando alguien prefiere vivir en la dependencia, a expensas de otro, para verse obligado a trabajar, y de ordinario con un oculto rencor contra aquellos de quienes se depende. Semejante disposición es mucho más frecuente en las mujeres que en los hombres».

Aforismo 409: «Las jóvenes en el liceo. […] ¡Vosotras que a menudo sois jóvenes llenas de ingenio, de ardor, de deseos de saber […] haced copias de vuestros maestros!» [72].

Al el lector prudente puede llamarle la atención que en dos de los aforismos citados sobre la copia y el parasitismo, se adjudique esta actitud a las mujeres. ¿No hay aquí un modo de desprecio del parasitismo o cierta relación con la «debilidad» femenina, que lo ubica en la poca nobleza y en la descalificación moral? ¿No enmascara Nietzsche su propio parasitismo con este falso desprecio y con esta falsa ironía? ¿Vemos aquí que la ironía nietzscheana no solo oculta sus propias limitaciones, sino, adjudica a una supuesta «debilidad» lo que él mismo hace? ¿Debemos explicar este enmascaramiento solo como una ironía nietzscheana o mediante la idea de que el hombre superior es un perfecto mentiroso?

En la segunda parte del libro segundo de «Humano», «El viajero y su sombra» aforismo 122, «La convención artística», vuelve sobre la originalidad recordando, en cierta medida, las ideas de años anteriores sobre lo copistas o convencionales que eran los sabios griegos: «Lo que escribió Homero es, en sus tres cuartas partes, convención, y casi sucede lo mismo con todos los artistas griegos, que no tenían ninguna necesidad de entregarse al furor de la originalidad (Originalitätswuth), que es lo característico de los modernos. […] Querer huir obstinadamente de la convención, es querer no ser comprendido». Si pensáramos que en este aforismo hay una justificación de la copia y un desplazamiento de la originalidad, en virtud de la comprensión y comunicación con los demás, no sería un error, además del fuerte sentido pragmático que comprende. Pero la defensa de la copia o de la convención, no la sustenta Nietzsche en ella misma, sino, en el servicio que prestan a la comprensión, es decir, quiere decir que la copia es un medio, pues, en definitiva, más valor tiene el fin que persigue. Esta apología de la copia, en función de la comprensión, la adjudica a los artistas griegos y cabría pensar que es una buena justificación de ella. No obstante, entre esta justificación y las ironías brutales del parasitismo y la copia que mencionamos al inicio, hay muchas diferencias.

Si hay un intento de explicar el tema, como puede observarse a primera vista, éste parece justificarse de manera irónica, o bien es funcional a un propósito educativo que lo trasciende. De acuerdo a esta última justificación, debemos recordar que ya en la «Intempestiva» sobre la historia, afirmaba que si bien era vergonzoso ver la historia como si fuera un hombre superior (al igual que Emerson), la meta educativa y cultural que hay en el fondo de esta perspectiva, mermaba la vergüenza de pretender ser lo que no era. Pero detrás de este extremo funcionalismo, que parece justificarse en el pragmatismo del hombre superior, hay una estrategia de enmascaramiento bastante evidente, que solo podríamos justificar con «el placer de la mentira» (5.115). Si la meta de las «Intempestivas» fue la de «hacer al individuo poderoso e independiente y contribuir a una gran cultura» (17.22), todos los medios parecen justificarla. No hay que olvidar que la frustrada «Intempestiva» «Nosotros los filólogos», era un modelo de la «imitación» (Nachahmung) griega, como un pueblo no autóctono que imita por selección, pues, se debe imitar solo lo que incita a hacerlo y los filólogos deben aprender a dejarse influenciar o aprender a parasitar lo mejor. En este contexto, las cinco anotaciones entre el verano de 1876 y el verano de 1877 sobre los Estados Unidos (17.54), (17.55), (19.74), (23.33), (23.128) [73], parecen inscribirse en el modelo de la imitación y de la síntesis a través de un cosmopolitismo cultural de la imitación, con el que promueve el nacimiento de una cultura superior, pues, la idea de una síntesis entre Europa y Norteamérica, no está lejos de esta meta.

En suma, si bien en los inicios de los setenta, la presencia de Emerson se la puede observar como orientación y perspectiva, ya con la segunda Intempestiva, comienza a manifestarse de modo más evidente, mediante un estudio y una crítica al autor de Boston y, también, a través del intento de disminuir la influencia arrolladora de éste. En la tercera y cuarta Intempestiva, Emerson aparece como función de contrapeso frente a las dos figuras centrales del Great Men alemán. Solo en «Humano, demasiado Humano», el retorno a Emerson se hace manifiesto, sobre todo en el primer libro, como si las ideas de éste fueran suyas.

En el apartado cuarto del primer libro, «Del alma de los artistas y de los escritores», desde la espontaneidad e improvisación en la creación, el poder de modificar, a la preferencia por la parte, que aparecen aquí como ideas que el autor contrapone a Wagner, son ideas emersonianas sobre el hombre superior tomadas de «The Conduct of Life» y «Nominalist and Realist», con las que busca encumbrar al artista por sobre el modelo wagneriano que, en la última Intempestiva, había adjetivado sin gloria. En el apartado siguiente del mismo libro, vuelve a utilizar a Emerson con la idea de la importancia de las naturalezas débiles para los fuertes y poderosos, y la necesidad del antagonismo entre debilidad y fortaleza, pues, como afirma éste en «Consideration by the Way» «The Conduct of Life»: «Nature turns all malfaisance to good». «La naturaleza transforma todo el mal en bien» [74]. Pero en los aforismos 231 y 233 del mismo apartado, al referirse a la idea central de Emerson sobre los procedimientos que la naturaleza emplea para producir al hombre superior, intenta explicar esta idea, evitando que se entienda desde un punto de vista «mitológico ni religioso», pues, según él, corre el riego de ser mal comprendido. De acuerdo a nuestro punto de vista, Nietzsche intenta, con esta afirmación, desvincularse de Emerson, debido a la presunta perspectiva metafísica de éste, con la que intenta fundamentar la función creadora de la naturaleza como poder creador del hombre superior. A pesar que el rechazo de la metafísica emersoniana no parece evidente, al menos en estos aforismos, con la ironía que utiliza en todo este libro, cabe también la posibilidad de que exista el intento, más bien, de velar una proximidad perjudicial para él, sobre todo cuando quiere desvincularse de la metafísica y el idealismo y asumir un positivismo pragmático aparente. Como vemos, Nietzsche juega con la aceptación y el rechazo del pragmatismo emersoniano, pues lo acepta cuando le ayuda a desvincularse de la metafísica schopenhaueriana, pero lo niega cuando puede ser utilizado de manera falsa, como argumento metafísico.

En definitiva, la década de los setenta nos presenta la primera incursión de Nietzsche como un autor que sigue el programa emersoniano del hombre superior, mediante la domesticación gradual de la cultura germana, bajo el lema de la restauración del hombre desde el punto de vista de la naturaleza, con un fuerte énfasis en el enfrentamiento entre los genios, como medio de protección contra una influencia desmedida, siendo Emerson el verdadero protector de Nietzsche, lo que para nosotros significa el primer modelo del parasitismo nietzscheano. En la década siguiente, este propósito alcanzará la cúspide con la autoproclamación de Nietzsche-Zaratustra, el modelo alemán del hombre superior.

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El presente texto hace parte del libro «Nietzsche parásito de Emerson», publicada en 2014 por la Universidad San Francisco de Quito.

NOTAS

[25]. Nietzsche, Friedrich. KSA.1.pag 342 y traducción en F.Nietzsche» Obras Completas». Ediciones Aguilar, tomo 1, pag. 105.
[26]. Nietzsche, Friedrich. KSA. Bd1, pag. 342.
[27]. George J.Stack. Op. Cit . pag 105. Y David Mikics «The romance of individualism in Emerson and Nietzsche». Ohio University Press, pag.114 y sgtes.
[28]. Emerson,R.Waldo. «Essays and Lectures.» Self-Reliance» pag.267.
[29]. Nietzsche,Friedrich.Véase traducción, Ediciones Aguilar op. cit. pag.106.
[30]. Emerson,Ralph Waldo.» Essays and Lectures» pag.267.
[31]. Emerson,Ralph Waldo.»E and L». «Uses of Great Men» pag. 615 y sgtes.
[32]. Emerson,Ralph Waldo.»E and L».pag 697.
[33]. Cfr. Safranski, Rüdiger. «Nietzsche. Biografía de su pensamiento».Tusquets Editores. Barcelona 2001, pag 133.
[34]. Cfr. La carta de Gersdorff sobre este motto que hace Nietzsche en la primera edición de «La Gaya Ciencia» en Die Briefe des Freiherrn Carl Von Gesdorff an Friedrich Nietzsche,III teil 1874-1888,Stephen Geibeland Co. Altenburg. 1936, pag. 68, del 11 de septiembre de 1882.
[35]. Emerson, Ralph Waldo. E and L, «History» pag 242.
[36]. Nietzsche, Friedrich. KSA. I «Schopenhauer als Erzieher» pag.380 y 382.
[37]. «Die Führung des Lebens, deutsch von Mühlberg,Leipzig 1862. y «Uber Goethe und Shakespeare» deustch von H. Grimm,Hannover. 1857.Cfr.Die Briefe des Freiherrn Carl von Gersdorff an Friedrich Nietzsche.Herausgegeben von Karl Schlechta.II Teil 1871-1874,pag.132. Neunte Jahresgabe der Gesellschaft der Freunde des Nietzsches-Archivs 1935.
[38]. Cfr. Die Briefe Des Freiherrn Carl Von Gersdorff an Friedrich Nietzsche. Herausgegeben von Karl Schlechta. I Teil.pag.7.
[39]. Cfr. Una mención de la «Selbsucht»(selfishness) en la traducción de Fabricius . Deutsche bibliothek in Berlin, herausgegeben von Mario Spiro, pag. 30.
[40]. Cfr. Die Briefe des Freiherrn Carl Von Gersdorff. Op. Cit. I Teil pag. 3.
[41]. Cfr. Vom nutzen und nachteil der Historie…KSA. Tomo I, pag. 321.
[42]. Cfr.Nietzsche, Friedrich Sämtliche Briefe.Bd IV, pag 258.
[43]. Cfr.Stack,George J. Nietzsche and Emerson. An elective Affinity.Ohio University Press. 1992, pag. 3.
[44]. Cfr.Die Briefe des Freiherrn Carl von Gersdorff.I Teil.pag.XII.
[45]. Cfr.Hummel, Hermann «Emerson and Nietzsche».1946. pag. 68.
[46]. Cfr. Die Briefe des Freiherrn Carl von Gersdorff. IV Teil .Ergänzungsband .Herausgegeben von Erhart Thierbach.1937, pag.61 y sgtes.
[47]. Emerson,Ralph Waldo.»Essays and Lectures».Pag. 615.
[48]. Cfr. Emerson,Ralph Waldo «Essays and Lectures» pag.628 y Emerson, Ralph Waldo. Obra ensayística. Artemisa ediciones. Valencia 2009.pag.274.
[49]. Emerson, Ralph Waldo» E and L». Pag 262. Y Emerson, Ralph Waldo. Obra Ensayística. Pag.180
[50]. Nietzsche, Friedrich. KSA.8 pag. 179.
[51]. Nietzsche, Friedrich KSA 8. Pag. 547.
[52]. Cfr. Mikics, David «The romance of individualism in Emerson and Nietzsche» Ohio University Press. 2003, pag. 134.
[53]. Cfr. Emerson, Ralph Waldo.» But that which a man is does always by necessity acquire». «E and L.»Self-Reliance».pag 281.
[54]. Cfr. Emerson, Ralph Waldo. »El poeta». »El poeta es la persona en quien estas fuerzas están equilibradas» Ensayos Escogidos. Espasa-Calpe Argentina.1951 pag.107.
[55]. Cfr. Nietzsche,Federico «Ricardo Wagner en Bayreuth» Capítulo Cuarto. pag.206 Obras Completas. Ediciones Aguilar. Buenos Aires 1966, pag. 206.
[56]. «A strong, astringent, bilious nature» en «Conduct of Life» Emerson, Ralph Waldo «E and L.» pag.965
[57]. Cfr. Emerson, Waldo «La conducta de la vida», »Consideraciones tempestivas» Pretextos. Valencia 2004, pag. 215.
[58]. Cfr. Emerson, Ralph Waldo» E and L». Pag. 546.
[59]. Cfr. Carta de Gersdorff a Nietzsche del 18 de diciembre de 1864, I Teil op.cit. pag 7.
[60]. Cfr.Nietzsche, Friedrich «Sämtliche Briefe».Tomo 2, pag. 315.
[61]. Nietzsche, Friedrich «Sämtliche Briefe». Tomo 5, pag.164.
[62]. Cfr. Die Briefe des Freiherrn Carl von Gersdorff an Friedrich Nietzsche.III Teil, 1936, pag. 96.
[63]. Nietzsche, Friedrich. KSA. Tomo 8, pag. 287 y sgtes.
[64]. Cfr. Nietzsche, Friedrich. KSA, tomo 2,pag. 85.
[65]. Cfr. Stack, George J. Op.cit.pag. 4.
[66]. Cfr. Nietzsche, Friedrich KSA. Tomo 8, pag.473.
[67]. Cfr. Emerson, Ralph Waldo. «E and L», pag. 278.
[68]. Cfr. Emerson, Ralph Waldo «E and L». pag. 576.
[69]. Cfr. Nietzsche, Friedrich. KSA. Tomo 8, pag.315.
[70]. Cfr. Nietzsche, Friedrich. KSA tomo 14, pag 589 y KSA tomo 2, pag. 36. Para la traducción, véase Nietzsche «Obras Inmortales» Ediciones Edaf. Madrid 1976, pag. 841.
[71]. Cfr. Nietzsche, Friedrich KSA. Tomo 8, pag.495.
[72]. Nietzsche, Friedrich «Obras inmortales» Ediciones Edaf. Madrid 1976.
[73]. Cfr. Nietzsche, Friedrich KSA. Tomo 8.
[74]. Cfr Emerson, Ralph Waldo.» E and L». pag 1082 y 1084.

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* Jorge Luis Gómez Rodríguez es profesor de filosofía de la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador. Estudió filosofía en Chile y en Ecuador e hizo una investigación en el Archivo Hegel, en Alemania, para doctorarse en Quito. Ha escrito «Modernidad y Nostalgia» (Santiago de Chile. 2002), «Sócrates en el umbral entre mito y razón» (Quito, 2011), «Nietzsche parásito de Emerson. La extraña simbiosis conceptual entre Nietzsche y Emerson» (Quito, 2014).

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