Verde Cronopio

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Hoy una vez más me refiero a la descontaminación

HOY, UNA VEZ MÁS, ME REFIERO A LA DESCONTAMINACIÓN

Por John Mayshash*

Desde hace tiempo, un largo tiempo, inicié estos comentarios sobre ecología, naturalismo, protección ecológica, descontaminación del planeta y conservación de los sistemas naturales de la tierra.

He hablado sobre la matanza indiscriminada de ballenas, delfines, tiburones y otros animales acuáticos en los mares del mundo.

También me he referido sobre las masacres de elefantes y rinocerontes, en India y África, tigres y leones, antílopes y animales de piel fina, victimizados por culpa de la industria del calzado y de los abrigos, que enriquecen a quienes sin escrúpulos, visten a las sofisticadas personalidades de la farándula, la fama y la política mundial.

He tocado el tema de la tala de árboles, la quema de selvas y bosques vírgenes en el Amazonas, la contaminación de ríos y mares por desechos y desperdicios químicos arrojados a sus aguas, he denunciado el envenenamiento de los suelos a causa de fertilizantes, abonos químicos y mal manejo de la tierra productiva en muchas regiones del globo.

Siempre, la frase de más relevancia en mis artículos, es la DESCONTAMINACIÓN.

Hoy, una vez más, me refiero a la DESCONTAMINACIÓN, pero no a la de los suelos, los mares, los ríos. Tampoco a la descontaminación del aire que respiramos diariamente, y mucho menos quiero hablar de la purificación del medio ambiente que día tras día se vuelve más complejo.

Hoy creo oportuno referirme a la “DESCONTAMINACIÓN” en el corazón del ser humano. La raza dominante del planeta, el homo sapiens, el ser pensante, el más “civilizado” (supuestamente), de los seres que vivimos en la tierra, que realmente necesita de un tratamiento urgente de resocialización, de conducta, de comportamiento, de cambio total en su forma de convivencia con sus congéneres.

OTROS TIEMPOS, ANTES Y AHORA, NADA HA CAMBIADO

Para no referirme a los años 40, cuando las masacres de judíos, gitanos y razas inferiores, según Hilter, eran tema cotidiano en los periódicos del mundo, o volver a los recuerdos tristemente célebres de la Guerra de Vietnam, quiero hablar sobre nuestros tiempos actuales.

Tiempos, que para muchos, son los finales, en los que prácticamente, estamos viviendo un terror anunciado. Genocidios en países africanos por la intolerancia política o religiosa, matanzas en Irán, Irak, donde se quiere imponer a sangre y fuego la idea de unos pocos, conducidos por la arrogancia y el fanatismo de doctrinas que suponen tener la verdad definitiva, a través de organizaciones terroristas.

Asaltos, ataques, invasiones, muertes inútiles de uno y otro bando, que solo dejan infantes sin padres, viudas aterrorizadas, soldados muertos, ciudades destrozadas y países con deseos de venganza.

En Europa y Las Américas, los más “fuertes” amenazan a los que se suponen “débiles”. El terrorismo, también hace de las suyas, ataques asolapados, cobardes, escondidos, hospedados bajo mascaras negras, minas antipersonales que destruyen vidas mientras viven a medias los que sobreviven con sus piernas y brazos despedazados, que reemplazan fríos metales de prótesis plásticas, que sustituyen los músculos amputados por la cobardía.
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NO HACEN NADA

Los gobiernos, con sus diplomáticos de turno, no hacen NADA. No digo que deben hacer más la guerra, no digo que deben cometer más genocidios, no digo que deben abastecer más sus arsenales bélicos.

Digo, QUE DEBEN establecer planes básicos de conducta social, resocializar, reeducar, ofrecer oportunidades reales de trabajo duradero y estable, oportunidades para los viejos, los jóvenes, las madres responsables de un hogar, los padres que ven morir a sus hijos de hambre, los jóvenes que se abrigan en vicios y malas costumbres al ver que nadie hace nada por ellos y si lo hacen, es dándoles malos ejemplos.

Creo que es hora de cambiar, AHORA, YA. Es hora de hacer una DESCONTAMINACIÓN DE CORAZONES, afirmarnos en la hermandad, en la búsqueda verdadera de un nuevo planeta, donde la vida sea la meta de conservación.

Que la tolerancia, el respeto, y la amistad entre los pueblos y sus habitantes sean hacedores de actos que realmente nos asombren, no que nos aterroricen. DESCONTAMINA TU CORAZÓN. ES EL TIEMPO.

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* John Mayshash es fotógrafo y periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá. Realizó estudios de Periodismo Cultural en España. Estudió artes visuales y fotodiseño en Francia. Ha colaborado como periodista integral en revistas internacionales como National Geographic, Geomundo, Vida Silvestre, Fotomercadeo, Viajes y Aventura. Es colaborador del periódico El Colombiano de Medellín. Dentro del periodismo cultural, se especializó en temas como la ecología y conservación ambiental. Es miembro colaborador voluntario de Proaves y conferencista universitario.

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